Nunca se habían ido. Siempre han estado aquí, entre
nosotros... ¡Y uno, iluso, regodeándose de las conquistas que creía tener
asentadas! Dice mi Compi que soy un inocente… y tiene razón. Dice que mire a mí
alrededor y le diga cuántos de mis conocidos han hecho una reflexión vital para
desterrar de su cabeza el adoctrinamiento a que nos sometieron los curas de
nuestra niñez. Porque los de mi generación, y también las anteriores y las posteriores,
tuvimos una infancia llena de castraciones emocionales. Estuvimos asustados y
convencidos de que dejar volar la imaginación era un pecado que Dios veía y
castigaba. Nos incrustaron en la cabecita infantil un Divino Gran Hermano para
controlar nuestra sumisión. Sí… nadie me lo ha contado, ni lo he leído en
libros de historia, lo he vivido en mis carnes. La iglesia y la dictadura del
general, nos hicieron dóciles y obedientes; una forma estupenda de modelar súbditos,
que no ciudadanos. Y nadie nos ha pedido perdón por ese crimen. El problema es
que los que nos gobiernan hoy en España son aquellos mismos engendros políticos
y eclesiásticos, y siguen empeñados con nuevo ímpetu en imponer igual castración
en las generaciones actuales.
No se habían ido. ¡Qué va! Siguen y son los que
escriben en el BOE… Uno podría pensar que había distancia entre nuestros
políticos y la jerarquía eclesiástica. Pero no. Eso no ocurre: en el BOE
escriben los obispos. El martes 24 de Febrero de 2015 lo han vuelto a hacer.
Ese día publicaron dos resoluciones.
A partir de ellas, en las escuelas públicas de España,
los profesores de religión tienen que convencer a los alumnos que la elijan de
que «…la realidad en cuanto tal es signo de Dios
y habla de Su existencia». Deberán nuestros niños quedar convencidos de que son
incapaces de ser felices si prescinden de Dios porque «…este rechazo de Dios tiene como consecuencia en el ser
humano la imposibilidad de ser feliz». ¡La misma intransigencia, y
la misma jodida castración emocional de hace cincuenta años!
Valga
una perla más y lo dejamos… Nuestros alumnos de bachillerato que elijan
estudiar la asignatura de religión católica deberán reconocer con asombro y esforzarse
por comprender el origen divino del cosmos y distinguir que no proviene del
caos o el azar…
…bueno,
al fin y al cabo, la mayoría de candidatos republicanos a la presidencia de
Estados Unidos también son creacionistas, ¿no?
Deberían enseñar esas cosas en las sinagogas, mezquitas o iglesias, pero dejar la escuela pública para cosas serias... España, siempre católica, siempre castrada por la superstición,
por la incultura, y siempre perdiendo el tren del progreso. Parece que el
tiempo no pasara por ella… Pobres nietos nuestros.
El mundo, y el tiempo que nos toca vivir, dan miedo
por muchos motivos. Y uno de ellos es esto, la laicidad en retroceso que deja
espacio a una nueva y exhaustiva presencia de las religiones en la realidad
política. La religión vuelve peor a la mala gente, porque nos proporciona
excusas para nuestra locura; a los inocentes nos atonta, nos adocena y nos
vuelve irresolutos y huérfanos de ideas; y a los indiferentes y ateos nos tacha
de amorales…
¡Qué mal invento hicimos ese día, joder!
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