jueves, 26 de febrero de 2015

No se han ido, siguen aquí

Nunca se habían ido. Siempre han estado aquí, entre nosotros... ¡Y uno, iluso, regodeándose de las conquistas que creía tener asentadas! Dice mi Compi que soy un inocente… y tiene razón. Dice que mire a mí alrededor y le diga cuántos de mis conocidos han hecho una reflexión vital para desterrar de su cabeza el adoctrinamiento a que nos sometieron los curas de nuestra niñez. Porque los de mi generación, y también las anteriores y las posteriores, tuvimos una infancia llena de castraciones emocionales. Estuvimos asustados y convencidos de que dejar volar la imaginación era un pecado que Dios veía y castigaba. Nos incrustaron en la cabecita infantil un Divino Gran Hermano para controlar nuestra sumisión. Sí… nadie me lo ha contado, ni lo he leído en libros de historia, lo he vivido en mis carnes. La iglesia y la dictadura del general, nos hicieron dóciles y obedientes; una forma estupenda de modelar súbditos, que no ciudadanos. Y nadie nos ha pedido perdón por ese crimen. El problema es que los que nos gobiernan hoy en España son aquellos mismos engendros políticos y eclesiásticos, y siguen empeñados con nuevo ímpetu en imponer igual castración en las generaciones actuales.

No se habían ido. ¡Qué va! Siguen y son los que escriben en el BOE… Uno podría pensar que había distancia entre nuestros políticos y la jerarquía eclesiástica. Pero no. Eso no ocurre: en el BOE escriben los obispos. El martes 24 de Febrero de 2015 lo han vuelto a hacer. Ese día publicaron dos resoluciones.

A partir de ellas, en las escuelas públicas de España, los profesores de religión tienen que convencer a los alumnos que la elijan de que «…la realidad en cuanto tal es signo de Dios y habla de Su existencia». Deberán nuestros niños quedar convencidos de que son incapaces de ser felices si prescinden de Dios porque «…este rechazo de Dios tiene como consecuencia en el ser humano la imposibilidad de ser feliz». ¡La misma intransigencia, y la misma jodida castración emocional de hace cincuenta años!

Valga una perla más y lo dejamos… Nuestros alumnos de bachillerato que elijan estudiar la asignatura de religión católica deberán reconocer con asombro y esforzarse por comprender el origen divino del cosmos y distinguir que no proviene del caos o el azar…

…bueno, al fin y al cabo, la mayoría de candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos también son creacionistas, ¿no?

Deberían enseñar esas cosas en las sinagogas, mezquitas o iglesias, pero dejar la escuela pública para cosas serias... España, siempre católica, siempre castrada por la superstición, por la incultura, y siempre perdiendo el tren del progreso. Parece que el tiempo no pasara por ella… Pobres nietos nuestros.

El mundo, y el tiempo que nos toca vivir, dan miedo por muchos motivos. Y uno de ellos es esto, la laicidad en retroceso que deja espacio a una nueva y exhaustiva presencia de las religiones en la realidad política. La religión vuelve peor a la mala gente, porque nos proporciona excusas para nuestra locura; a los inocentes nos atonta, nos adocena y nos vuelve irresolutos y huérfanos de ideas; y a los indiferentes y ateos nos tacha de amorales…

¡Qué mal invento hicimos ese día, joder!



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