Pasaron un documental sobre Brad Will, un activista americano, presente en cien batallas contra la globalización, es decir, contra esa dictadura neoliberal que nos gobierna y que nos han metido con vaselina melífera. Yo no conocía a Brad Will y estos chicos de La Regadera me lo mostraron. Digo que nos la han metido con vaselina (la globalización neoliberal, digo) y lo digo por mí, porque otros lo vieron llegar y pelearon. Son los que la gente de bien —personas que formamos nuestra opinión al amparo de los medios tradicionales— llamamos jóvenes antiglobalización, que son los que protestan mientras los miembros del G8 (los países más ricos del mundo) se reparen el pastel con impudicia; son los que alteran las reuniones conjuntas del FMI y el Banco Mundial para imponer la riqueza y la pobreza aquí y acullá; los que ponen en evidencia que las cumbres contra el cambio climático terminan igual que empiezan… Son los mismos que plantean cumbres alternativas para ofrecer otras soluciones que no pasen por la esclavización de la población mundial… esos. Son los que se manifiestan contra todos los aquelarres de gente bien vestida que imponen sus reglas para repartirse entre ellos las inmensas riquezas que genera el mundo. Un planeta que han convertido en su casino. ¡Malas puñalás les den! (…puñalás en sentido figurado, conste)
A Brad Will lo mató una bala mientras grababa con su cámara en Oaxaca. La cámara siguió grabando. Nadie la apagó. Y pasó de mano en mano… el viernes vimos la grabación en el Centro de Congresos “Cortes de la Isla de León” de San Fernando. Cuatro chicos/as lo hicieron posible. Están parados, como la inmensa mayoría de los jóvenes españoles; hay una filóloga, una maestra, un ingeniero informático, un estudiante de derecho… Me gustan las iniciativas culturales cuando surgen desde abajo, sin dirección; cuando escapan del pan y del circo; cuando es un vehículo para que los ciudadanos aprendamos cosas nuevas, cosas que los poderes que gobiernan los medios de comunicación ocultan conscientemente. En el debate lo dijo un señor: Yo no sabía nada de lo pasó en Oaxaca. Yo tampoco conocía la lucha de las abuelas okupas de San Bernardo, en Sevilla…y así vamos viendo que hay mucha gente que pelea, que contesta, que se planta ante situaciones injustas y dice basta…
…y plantarse y decir basta es un mal ejemplo. Cuando eso pasa suelen enviar a represores físicos para deshacer la visibilidad, pero no van al origen del problema, simplemente porque el problema son ellos: los poderosos. Parece que la historia del hombre, desde que empezamos a escribirla, no es más que una lucha contra el poder establecido... y ¡ay de aquel pueblo que confíe su gobernanza en los poderosos! Porque acabará esclavizado… y conste que estoy hablando de este mundo y de este siglo. Estoy diciendo que son los poderes económicos y financieros los que mandan, los que dicen a nuestros políticos –los que votamos cada cuatro años- qué tienen que cambiar en la constitución y cómo deben justificarlo…
En fin, lo que yo quería era felicitar a los chicos de La Regadera, darles ánimos y pedirles que, por favor, no se cansen…
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