El cadáver del conejo sigue su descomposición entre los geranios. No es el primero que observo. Hace años lo hacía mucho… y cuando los cráneos quedaban mondos y lirondos me los llevaba a casa. Atesoré una estupenda colección. Que recuerde, tuve cráneos de perro, gato, gaviota, conejo, rata, ratón, pollo, pato, salamanquesa, lagarto, culebra… La cosa se terminó cuando llevé aquel gigantesco cráneo del burro —lo desenterró un amigo, especialmente para mí—. Fue la puntilla. Mi santa madre, un aciago día, mientras estaba en la escuela, me los tiró todos. Decía que aquel cuarto olía a muerto… bueno, y también porque de los alveolos de las muelas del burro salían gusanos. Una santa, mi madre.
Van a tener razón aquellos amigos que admiraban mi colección (o eso decían) Son los mismos que ahora me confiesan, al cabo de cuarenta años, que de chico yo era un poco rarito… ¡Eso es que aún les corroe la envidia cochina por mi colección de cráneos!
Cadáver de conejo. ¡El cráneo es mío!
Pues ahí sigue el cadáver del conejo, a tres metros de la puerta del laboratorio, entre los geranios que plantó Jesús hace seis años. Un poco más y se hacen árboles… ¡como no los poda! Entre ellos ha crecido un lentisco frondosísimo. Se dan muy bien los lentiscos por esta zona; y entre los lentiscos anidan muchos conejos, por eso.
Cuando me agacho sobre el cadáver para estudiar si le falta mucho, mis compañeros del laboratorio me observan desde la ventana, y cuchichean. Los he visto, pero hago como que no me doy cuenta… a lo mejor piensan que estoy loco. Pero no me importa lo que piensen. ¡Saben que el cráneo es mío porque yo lo vi primero…! Espero que no me lo toquen. No se atreverán. Hoy sopla levante. No me gusta que sople levante. ¡Odio el levante! Cuando sola levante estoy nervioso y no veo las cosas con claridad… Espero que comprendan que el cadáver es mío. ¡Que no se atrevan a tocarlo! Je, je, je. ¡Ay, como lo toquen…!
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P.D. Bueno, por lo menos ha servido para no hablar de política. ¿No estáis cansados de política? Porque yo estoy aburrío de hablar de política… ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Que no estais cansados?
P.D. Bueno, por lo menos ha servido para no hablar de política. ¿No estáis cansados de política? Porque yo estoy aburrío de hablar de política… ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Que no estais cansados?
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