En Boadilla del Camino (Palencia), cerca ya de Frómista, encontramos un cartel en la carretera que nos dejó sorprendidos. Ella lo señaló y me miró haciendo una mueca teatrera de esas que suele hacer, como diciendo: no puede ser, ¿pero esto qué es? El cartel decía claramente, sin lugar a dudas:
ROLLO DE JUSTICIA
¡Jolines! Si al alcalde Pacheco de Jerez lo habían condenado por decir que la justicia era un cachondeo, esto también debía ser un delito.
ROLLO DE JUSTICIA
¡Jolines! Si al alcalde Pacheco de Jerez lo habían condenado por decir que la justicia era un cachondeo, esto también debía ser un delito.
Medio día. El sol palentino cae prácticamente vertical sobre el pequeño pueblo. Ni un alma (ni cristiana ni infiel) para comprobar nuestra ignorancia. Tal vez alguien nos vigile desde detrás de los visillos.
Tampoco perros o gatos deambulan por las escasas sombras. No hay bares, ni abiertos ni cerrados. Todas las calles confluyen en la plaza del pueblo. Y allí, en su centro, casi sin sombras, se alza la cosa…
¡Ignorante que es uno!
¡Ignorante que es uno!
No estaban quejándose de la mala justicia que recibieran, no. Simplemente anunciaban un Rollo Jurisdiccional, especie de columna levantada en el siglo XIV, en mitad de la plaza, para indicar que Boadilla del Camino podía ejercer justicia sin apelar a otra instancia superior. O sea, que la localidad había recibido privilegio de villazgo y, por tanto, no estaba sometida a ningún señor. A estas columnas encadenaban a los reos durante unos cuantos días para que el personal los sometiesen a humillación, escarnio y burla. Que la condición humana es así de cruel… y la simple presencia pública de estos humilladeros era disuasoria para muchos.
Entonces ella se encadena simbólicamente a la columna y servidor la somete a escarnio público:
Entonces ella se encadena simbólicamente a la columna y servidor la somete a escarnio público:
La beso…
…y como ella está encadenada, y no hay nadie que se escandalice, sigo…
El calcetín de algún peregrino despistado reposa sobre la base del rollo. Una lagartija, ardiente ya, se esconde en una rendija. Las golondrinas, con tanto calor, no salen de sus nidos, bajo los aleros del tejado. Detrás hay una robusta iglesia. Dicen que contiene una pila bautismal digna de ver. Pero la iglesia, a esas horas de sol vertical, está cerrada a cal y canto. Habrá que volver en otra ocasión…
…con ella será un privilegio.
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