sábado, 25 de diciembre de 2010

De acuerdo: habéis ganado


Anda el hombre venido a menos perdiendo asideros. Parece como que le quitaran la tierra debajo de los pies y entonces no sabe hacia donde echar los pasos. No sé… parece que la crisis económica (sistémica, o del sistema, le dicen) nos dejara sin referencias.

Han ganado. Ha ganado la riada neoliberal (la Escuela de Chicago, los friedmaníacos, losneocon, Reagan y la Tacher, la aznarquía en España…) Para esta gente el estado sobra. El mercado lo es todo. El bienestar de los ciudadanos del mundo sólo es una posible consecuencia colateral de las libertades del dinero… El bienestar de los ciudadanos puede llegar o puede no llegar, pero no es —en absoluto lo es— lo que mueve las cosas.

Hasta ahora, uno pensaba que el gobierno de los hombres civilizados era un intento de alzarse por encima de la jungla humana para dar oportunidad de sobrevivir a los más desfavorecidos… un intento de superar la ley del más poderoso para llegar a una sociedad más justa. El estado servía para redistribuir con un poquito de equidad la riqueza que se generaba; porque uno, en su ingenuidad, pensaba que nadie puede ser rico sin explotar a otro… o algo así. Pero ya no. Ahora los estados son peleles que bailan al son de los hilos del verdadero poder sin rostro, sin fronteras, sin conciencia y sin ideología.

Las leyes de la física son como las del mercado, que gobiernan el universo de los hombres de forma desapasionada, fría e impersonal. La primera busca la mayor entropía, la segunda, la mayor ganancia… y no hay otra cosa.

Y no me gusta un mundo así. Ya sé que no es un bonito mensaje navideño, ya lo sé, pero, hijo... no me sale otra cosa. Mañana será otro día (supongo)

La imagen es una demostración de que, a pesar de todo, la vida es maravillosa. Playa de Cortadura / Cádiz-San Fernando


lunes, 20 de diciembre de 2010

Yo me quiero ir a Corea del Norte

¿Donde está Wally?

¿Qué donde está Wally? Pues estoy perdido entre toneladas y toneladas de cosas que no sirven absolutamente para nada… Son cosas que se ofrecen entre luces, colores y música de Navidad —Campana sobre campaaaAAna…— como si fueran cosas bellas, valiosas y necesarias. Pero no es verdad: son inútiles. Son cosas existencialmente inútiles… y casi todas vienen de la China porque allí son más baratas, son como de usar y tirar, que para el caso… 

Millones de bombillas por las calles céntricas —creo que últimamente son de bajo consumo— para animarnos a comprar. Y se supone que tenemos que comprar porque como no compremos esas cosas inútiles, el tinglaillo se nos cae encima. O sea, para colmo, anda uno disipando sentimientos de culpabilidad… ¡Compra, coño! ¡Sé un buen ciudadano del primer mundo, joder! Que ya somos del G20

¡Dios mío! Hay cientos de miles de prendas que se ofertan a toda prisa porque dentro de un mes bajarán de precio, y dentro de un año ya no servirán porque no tienen el color adecuado o porque los picos del cuello ya no se llevan así, o el largo ha menguado... Y vuelta a empezar: No tengo nada que ponerme. ¡Enga ya, hombre! ¡Mentira cochina! Nos están engañando. Servidor tiene una cazadora Burberry desde hace 20 años y me la sigo poniendo, y no pasa nada… bueno, algo sí pasa (que me llamen cutre a mis espaldas… pero hago como que no me entero y ya está). Se puede. Se es un miserable antipatriota, pero se puede.

Y luego está —diosmíodemialma— lo de Pablito.

— Venga, cariño, piensa un poquito (ya descansarás después) ¿Qué cosa le regalamos a Pablito?

— ¿A Pablito? Pero si Pablito tiene de todo, hija mía. ¿Qué quieres que le regalemos a Pablito? Si es que regalar algo a Pablito es como coger 20 euros y tirarlos por el retrete. ¿O es que no lo sabemos ya? …Yo que sé, cómprale un libro de autoayuda… alguien lo leerá tarde o temprano, ¿no?

— ¡Sí, hombre! Un libro a Pablito… eso sí que sería tirar dinero al retrete.

Al final —yo no sé cómo— pasé treinta y cinco (35) minutos en la cola de pagar. Treinta y cinco minutos en una playa se esfuman en un plis-plas, pero en una tienda de ropa, con la calefacción a tope y con la expectativa de tirar el dinero al retrete, es una eternidad… si al menos la niña de la caja fuera simpática, pero ni eso: era una siesa malparía y avinagrá.

¡Dios mío! Estas cosas no pasan en Corea del Norte… de verdad te lo digo, Manué.


viernes, 17 de diciembre de 2010

Remedio contra el escorbuto

Pones en una cacerola pequeña un cuarto de kilo de azúcar. Le añades tres huevos, una cucharada de mantequilla, la ralladura de la corteza de un limón, y el zumo del mismo… y calientas el conjunto a fuego suave, unos 15 minutos, removiendo continuamente hasta que se uniformice y espese. Y ya está.

Niñas de Villajovita, ahítas de crema de limón, no padecen escorbuto

Y entonces —procurando estar solo para evitar remordimientos— dejas que se enfríe, mandas a freír puñetas la tele, a los controladores, a los portavoces del PP y al FMI…

(1) …llenas una cucharilla con la crema, la untas en el extremo de un trozo de pan y te lo comes (el extremo) Y como te quedas con un trocito de pan, coges más crema y la untas en el resto de pan. Pero como te queda crema en la cucharilla, pellizcas otro trozo de pan para acabar con la crema… pero ahora ¿qué haces con el pan que te ha sobrado? Volver a (1)

Repetir el bucle ad infinitum —o hasta que se termine la crema—. Si se agotase la barra de pan, termínese la crema a cucharadas.

NOTA: No se cambia el mundo, vale, pero tampoco pillas el escorbuto, seguro.



viernes, 10 de diciembre de 2010

…algunos empezamos con Black is Black crepitando en un Pick Up

Es fascinante lo que está pasando. A servidor le asombra vislumbrar cómo en poco tiempo podremos disponer en la palma de la mano —y digo bien: en la palma de la mano— de todo el saber que los hombres han acumulado a lo argo de la historia. Todo el conocimiento, la reflexión, la ficción, la creación y la belleza… Es como si la sabiduría de un millón de bibliotecas, filmotecas, discotecas y pinacotecas estuviera esperando aflorar en la pantallita de ese aparato que empezó siendo un teléfono y que ya es una ventana al universo…
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…otra cuestión es dar buen uso a todo eso.
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El tiempo deshace, grano a grano, la solidez del ancla. Nada es eterno. Ni lo más duro, ni lo más grande…
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Ahora que lo pienso, llevamos toda la vida adaptándonos a nuevas formas de almacenar la información… algunos empezamos oyendo Black is Black crepitar en un Pick Up. Luego, las colecciones de cassetes fueron tan valiosas como efímeras. Pero no fue lo único efímero —de las cintas de video ni se acuerda uno—, porque el MP3 se zampó en un día a todos los CD’s como si fueran rosquillas. Y las memorias externas se han fagocitado a los DVD y similares… ¡y quien sabe lo que nos espera! Pero, mientras todo esto nace, crece y se extingue, el fascinante olor de biblioteca, de papel viejo, ha seguido impregnando el saber, inmune a los tiempos y a las modas. El libro es el verdadero templo del conocimiento. Es un invento sencillo. Funciona sin pilas y sin ADSL. En el salón de casa o debajo de un árbol. Unas hojas encuadernadas; unas decenas de miles de combinaciones, variaciones y permutaciones de 28 signos dispuestos de cierta manera, y ¡voilá! Ideas y sentimientos capaces de transmitirse de un hombre a otro, y de una generación a la siguiente, por los siglos de los siglos… si no lo entendiéramos sería un milagro estupendo.
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…pero lo fascinante del nuevo trasunto es el acceso al millón de bibliotecas a tres golpes de tecla; aquí, en la palma de la mano. Para los que empezamos con Black is Blackcrepitando en un Pick Up, esta cosa que llaman Nube Virtual sí que es un auténtico milagro. ¡Demostrado!

martes, 30 de noviembre de 2010

A pesar del frío que se cuela por el cuello creo que la vida es maravillosa

Metía el hocico bajo la sábana y me lamía la mano. Así me llamaba Trufo a las seis de la mañana. Lo malo era que no distinguía sábados y domingos… hoy lo he tenido que llamar. Ya hace tiempo que lo tengo que llamar. No protesta, pero sale de la cesta con dificultad. Debe ser la cadera, que la artrosis le está fastidiando. Y baja la escalera con la cabeza un poco agachada, como humillada por el tiempo. Y en la cama tibia queda ella, seguro que nos ha escuchado, pero no se mueve. Es como una crisálida…


A las seis de la mañana es noche cerrada. Llueve y no hay gatos… pero, aunque los hubiera, hace tiempo que Trufo los respeta. La verdad es que nunca ha sabido muy bien qué hacer con ellos. Eran enemigos, vale… pero, ¿qué se hace con los enemigos? No, no creo que lo haya tenido claro. Y ahora, simplemente, se miran desde lejos. Tu por ahí, yo por aquí, y tengamos la fiesta en paz…

Y hemos usado un paraguas grande y robusto. Me lo regaló mi amiga Mariquita —esa niña rubia y guapa que vivía en la calle Góngora— cuando fuimos a visitar a Meli, que la habían operado en Cádiz. Ahora que lo pienso, nunca he tenido un paraguas tan bueno como este. Da gusto pasear bajo un paraguas así de robusto, y escuchar las gotas sobre la tela, es como sentirse cobijado y arropado en el regazo de la madre que cada hombre recuerda de vez en cuando. A Trufo no le importa mojarse, ni pisar los charcos (como él no friega el suelo…), pero yo los evito y voy dando saltitos cuando conviene… Y cuando termina de hacer sus cosas me mira como diciendo por mí, cuando quieras…

Pero no tengo prisas.

Últimamente me levanto con tiempo suficiente. Creo que estoy empezando a contemplar el tiempo, que es como verlo pasar por delante mientras el mundo discurre sus locuras… sí, a esas horas lo de WikiLeaks, la presión de los mercados o la manita del BarÇa son auténticas locuras. Estoy seguro.

Pero, no sé… es una madrugada de otoño; llueve y paseo con mi viejo compañero bajo un robusto paraguas que me regaló la niña rubia de la calle Góngora; y mientras vadeo un charco imagino a mi chica, arropada como una crisálida en nuestra cama tibia… y a pesar del frío que se cuela por el cuello creo que la vida es maravillosa. Estoy seguro.


lunes, 29 de noviembre de 2010

Un hecho verídico en un colegio de Sevilla

La hija de unos amigos ha ofrecido una charla en un colegio de Sevilla. Solo asisten niñas a ese colegio. Es privado y de orientación católica. La hija de mis amigos es una joven bióloga, producto de la enseñanza pública de España, la que pagamos entre todos para que cualquiera —incluso los más desfavorecidos— pueda tener una educación digna. Como bióloga que es, les habló a las niñas del colegio del buen uso que debemos al agua, de su escasez, de su importancia y de los cuidados que se merece…

…acostumbrada a dar la misma charla en muchos foros (jubilados, enfermos renales, diabéticos, colegios públicos, concertados y privados, etc.) me refería alucinada que estas niñas del colegio privado de Sevilla, alumnas de 9 años, ya eran conscientes de ser alumnas privilegiadas de un colegio exclusivo, que se consideraban pertenecientes a una élite social —la que puede costearse tal dispendio—, y que se relacionan solamente con sus iguales…

— Señorita, señorita, mi padre me ha regalado un caballo.


— Pensad un momento. ¿Por qué no tienen agua estos niños de África? — Les preguntaba

— Porque son pobres… Es que si fueran millonarios la comprarían

— Pero, mirad, aunque sean muy ricos y la puedan pagar, ¡es que no hay!

— No, señorita, pero los millonarios la compran.

¡Claro! La comprarían. A mí me parece que estas niñas ya tienen su conciencia de pertenecer a una clase… La hija de mis amigos, si no la tenía a estas alturas de su vida, la adquirió de golpe. Supongo.

Sólo por respeto a la hija de mis amigos me callo el nombre de este bodrio de colegio privado, elitista y castrante.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Me temo que nada es eterno


Me temo que nada es eterno; ni el Universo, ni el alma del hombre, ni siquiera es eterno el propio tiempo. Hay un origen para el tiempo, y un final que coincidirá con el mismo instante en que se esfume la última conciencia orgánica que lo haya experimentado… La eternidad es una entelequia, sólo la enésima potencia de una de las percepciones del hombre: su muerte.

Mi amigo, el mejor hombre que he conocido, se entristece cuando percibe que no hay eternidad... ¡Ya está! ¿Esto va a ser todo? (Me temo que sí, que esto es to, esto es to, esto es todo, amigos). A mi amigo le cuesta mucho cuestionar las convicciones pueriles —e indemostrables— que le han instalado en las entendederas desde la más tierna infancia, como a todos.

Pues sí, me temo que no hay eternidad, que cuando se interrumpa la estructura neuronal que nos hace conscientes de uno mismo y de nuestra particular relación con el entorno, entonces, viejo amigo, hasta ahí habremos llegado. La felicidad, si es que fuera algo alcanzable, está aquí y ahora. Más nos vale ir a por ella… ¡ya!

En la imagen, la degradación en el tiempo de una pólvora
nitrocelulósica GSBF-100


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Aid el-Kebir o Fiesta del Cordero

Por entonces era un dios sanguinario, caprichoso y sádico. Y, además, con un sentido del humor que no sé yo de donde le salía la gracia. Ordenó a Abraham acuchillar a su hijo y ofrecérselo en sacrificio, y cuando a punto estaba el buen hombre de clavar la daga a la criatura, va y le dice, ¡…enga ya, hombre que es broma. Desángrame un corderito mismo, y me aplaco!

Esta historieta entre Abraham, Dios, Isaac y el cordero no es tal historieta… es la mismísima palabra de Dios (PROVIDENTISSIMUS DEUS de León XIII, sobre los estudios bíblicos) Y es aceptada como algo trascendente, serio y digno de recordar por las tres grandes religiones monoteístas que nos han envenenado el alma, fastidiado la existencia y causado millones de muertes a lo largo de la historia.

Precisamente nuestros primos musulmanes celebran estos días una fiesta en recuerdo de esta fechoría. Es la Pascua del Sacrificio (Fiesta del Cordero o Aid El-Kebir) y lo hacen sacrificando ritualmente miles de corderos… En Ceuta lo hacen cada año con más dedicación. En estas cosas, Ceuta y Melilla son algo especiales, son como un laboratorio donde experimentar lo aconfesional del Estado español. Porque, miremos lo que pasa, el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, a pesar de esa pretendida aconfesionalidad del Estado, asiste religiosamente a las tradiciones cristianas que exaltan la preeminencia de lo cristiano en la vida y tradición de la ciudad… Bien, ahora tiene una oportunidad de oro para ser ecuánime y asistir a la Musal-la (el rezo comunal de sus conciudadanos islámicos de origen marroquí al inicio de la fiesta del cordero) ¿Asistirá Vivas a ese rezo? ¿Se lo permitirán los ciudadanos musulmanes? No sé. Yo espero que no vaya, y que se dedique exclusivamente a las cosas del César… pero, también me gustaría que dejara de asistir a las procesiones de Semana Santa y demás manifestaciones religiosas. Los políticos de España deberían aprender a estar por encima de estas cosas, por muy tradicionales que sean. Ya es hora… aunque el presidente Zapatero haya aparcado cobardemente la nueva Ley de Libertad Religiosa.

No sé, como ciudadanos españoles que son, estos ceutíes y melillenses musulmanes también deberían —si es que desean vivir en un Estado democrático— empezar a separar las cuestiones públicas de las privadas-religiosas… pero, me parece que tienen un plus que superar porque el Islam no tiene ni remota intención de separar religión y Estado, simplemente porque el Islam es un concepto global para el ser humano y se supone que proporciona respuestas a todas las cuestiones del hombre (del hombre, y digo bien)… ¡y lo creen y lo hacen! Y eso no casa nada bien con una sociedad que se organiza en torno a la voluntad popular, que legisla para todos, por encima de creencias… y es incompatible con la doble obediencia (otro Estado dentro del Estado) consustancial con lo islámico, que es la misma doble obediencia que les gustaría mantener a los catolicistas.

Pero, no sé. Me parece que no me he explicado todavía… creo que el resumen es lo que ya hemos dicho muchas veces por aquí: que la religión debería ser algo personal y privado, que lo público es para cosas serias. Pero si esta idea es inaceptable para millones de católicos españoles, para los musulmanes españoles es como hablar en marciano. Algo así…


jueves, 11 de noviembre de 2010

El payaso de los zapatos rojos

Llevo varios días queriendo comentar que ya está bien, hombre; que diecisiete siglos de oscurantismo bien merecen un laicismo agresivo… o, ya puestos, algo más. Pero es que estoy aburrío, tío. Y no tengo ganas de ná.

Es que estar aburrío es otra categoría. Estar aburrío es estar aburrido y, además, cansado y sin fuerzas para replicar; algo así como derrotado. Porque entonces, si se me ocurre asumir que diecisiete siglos de oscurantismo bien merecen un laicismo agresivo… habría que ponerse a explicar por qué. Es decir, por qué diecisiete siglos y no dos mil años de fundamentalismo; y ponerse a justificar por qué la sotana es lo oscuro, lo triste y lo restrictivo; por qué el alzacuellos y la vieja tonsura me perecen los símbolos de la mayor estafa histórica que los hombres han construido y mantenido…

…pero es que no tengo ganas, tío. Otro día, ¿vale?


Y, otra cosa, lo de payaso de zapatos rojos… eso es una cosa verídica que me contó un amigo —Alfonsito creo que fue—, que resulta que un niño virginal, es decir, incontaminado todavía, cuando vio en la tele al Papa Ratzinger, con sus ropajes, sombrerito y zapatos, preguntó con toda su inocencia: ¿Mamá, quién es ese payaso?

Pues eso… que tampoco tengo ganas de añadir nada más.

Y me voy a ver Tele 5, a ver si termino de idiotizarme de una vez. ¡Puñetas!


miércoles, 3 de noviembre de 2010

TODOS tenemos derecho a una atención sanitaria gratuita, sea cual sea tu nacionalidad y tu regularización

…es que de vez en cuando acompaño a mi rubia platino a un hospital —son cosas de la vida—. Es un hospital de la red pública de Andalucía (España) En el vestíbulo hay un cartelón bien visible que desgrana los derechos y los deberes de los pacientes. También pasan un resumen por los monitores que amenizan las salas de espera. Y lo repiten en numerosos idiomas, con caracteres latinos, cirílicos, chinos y árabes:

En Andalucía, TODOS tenemos derecho a una atención sanitaria gratuita, sea cual sea tu nacionalidad y tu regularización.

Lo he leído y me he sentido orgulloso de ser ciudadano de este país (llámese Andalucía, España o Europa) Me ha parecido que hay generosidad en ese derecho, que es una conquista que nos impulsa hacia delante, y que eso nos hace mejores ciudadanos. Y, la verdad, no me gustaría permanecer callado (el post de Herodoto tiene que ver con esto) o impasible mientras la derecha de este país —que no es más que el brazo político del poder económico que gobierna sin alma el planeta—, recorta derechos como los expresados en el cartelón del hospital de Jerez.


Ya sabemos que este derecho no es más que una de las conquistas del estado del bienestar; que lo hemos empezado a disfrutar a última hora, y que se ha ralentizado o parado con la crisis. Lo sabemos. También sé que España no es un modelo para nada ni para nadie, que habría mil cosas que mejorar, que aquí quedan muchas asignaturas pendientes y una rémora de siglos que nos hace singulares… pero a veces me siento orgulloso, y hoy ha sido un día de estos. Por las dos cosas, por el derecho conquistado y voceado, y por la atención recibida. Sí, por las dos cosas.

Los trogloditas del Tea Party (a los que doña Esperanza y demás conmilitones del PP aspiran a remedar) lo dicen con todas sus letras, dicen que el que quiera sanidad que se la pague, que la sanidad es algo privado por definición. Dicen que cómo va a ser eso de pagar la sanidad a los que no pueden pagarla… Nuestra mentalidad de vieja Europa no nos permite entenderlo. Servidor aspira humildemente a un Estado amplio, que llegue a todos los lugares y espacios sociológicos, donde lo público ampare al ciudadano en todas sus necesidades. Y esto significa que la educación y la sanidad son derechos irrenunciables y que nunca pueden convertirse en un negocio para nadie. Significa que hacer negocio con la sanidad y con la educación (léase: privatizar) es una aberración… Significa que la obligación del Estado sigue siendo la redistribución de la riqueza de TODOS en forma de servicios, es decir, entre otros muchos asuntos, haciendo accesible a todos, la educación y la sanidad. No creo que esto sea difícil entender y asumir como propio…

Pero los del Tea Party y los que gobiernan el Partido Popular no son de esta opinión.

¡La que se aveciiinaaa!

La foto no tiene nada que ver, pero me resulta graciosa…


martes, 2 de noviembre de 2010

En la ribera del Darro - 2

Los granaínos llaman a ese trozo Paseo de los Tristes… no sé por qué, y me gustaría saberlo. Seguro que detrás vive la leyenda del amor imposible entre una princesa nazarí enamorada de un joven cristiano; y todos los días, el entristecido joven, subía la ribera del Darro con la esperanza de verla entre las rejas del viejo palacio, donde la retenía un destino al que no podía renunciar…

Foto furtiva: La Triste Princesa del Darro

…hasta que un día, el sultán, viéndola tan triste, se apiadó de la princesa y le concedió una libertad y una condición: Podrás ver al cristiano una noche cada cinco años; pero, hija mía, a cambio deberás cumplir con tu destino, te casarás con el Visir y serás la madre de los herederos del trono.

Y así fue como, cada cinco años, en la primera luna llena después del equinoccio de primavera, la princesa bajaba a la ribera del río, y durante toda la noche, enlazadas las manos, la princesa mora y el humilde cristiano, lloraban su desdicha mientras paseaban su tristeza por la ribera del Darro…

Es que Granada —y las granaínas— tienen estas cosas, que producen ensueños.


jueves, 28 de octubre de 2010

En la ribera del Darro -1

Foto furtiva: La chica del pañuelo que subía por el Darro


En la ribera del Darro sopla una ligera brisa. Viene de las cumbres de Sierra Nevada, pero a la Granada nazarí llega menos fría. Puede que por eso las chicas lleven un pañuelo en el cuello… pero no, no creo. Lo más probable es que lo hagan por coquetería, porque así se ven más guapas…
…y tienen razón.

martes, 26 de octubre de 2010

La mezcla pendiente


Mañana, el torbellino browniano del tubo habrá finalizado. La disolución habrá alcanzado el equilibrio y tendrá un color uniforme. No parecerá vino fino, ni Pedro Ximénez, más bien podría ser una solera vieja de Xerez…


Esta imagen es esperanzadora. Me gusta que la joven madre musulmana tenga libertad para usar un vestido de DESIGUAL con esos colores tan vivos que no sé todavía si me parece una horterada o una pasada de elegancia. De alguna forma ocurre como con la disolución… que la abuela mantiene la chilaba tradicional, pero las hijas, sin perder su identidad cultural y/o religiosa (el pañuelo), se mimetizan mejor con el entorno de la Isla de León, en el sur de España, un país de tradición cristiana, apostólica y romana. ¿Llegaremos a un sincretismo aparente de islamistas con trajes de DESIGUAL y cristianas con niqab como si fuéramos la disolución de arriba? No sé… en todo caso, estas fusiones culturales son procesos que, en el mejor de los casos, suelen durar generaciones. [En Ceuta, mi tierra, una ciudad fronteriza, coexistimos con cierta invisibilidad desde hace siglos, pero, por mucho que nos guste decirlo, no creo que convivamos esas cuatro culturas (judíos, cristianos, musulmanes e hindúes)… no lo creo. Y el matiz en fundamental]

No sería extraño (solo sería un negocio más), pero el día menos pensado se pone de moda entre la chavalería autóctona usar el niqab en otoño-invierno. Y me gustaría que la joven madre musulmana, la del vestido de colorines, también tuviera la libertad suficiente como para usar o no usar el niqab… Pero tiendo a pensar —al margen de si es un símbolo cultural o religioso— que no es libre hasta ese punto...

…mi amiga Toñi ha visto crecer a Fátima, la hija de los regentes de un Bazar de moroscercano a su casa —dicho moros con todo respeto—. Dice que era una niña totalmente integrada en el colegio y en el barrio; alegre, que siempre estaba de bromas con ella y que se reía con la cara y con los ojos… pero cuando fue mocita, desapareció una temporada, y cuando regresó, vino casada, enfundada en el vestido tradicional de su cultura y tocada con el niqab. Y dejó de dirigirle la palabra, ya no hablaba con ella… ahora tiene veinte años, un hijo, está embarazada de otro y ya no ríe. Fátima ya no es miembro de esta calle ni de este barrio.

Ayer, otra vez me sorprendió la luz del atardecer. Era tan dorada que solo el COLOR del ambiente reconfortaba… por eso me acordé de ella, de Lady Lu —la hija de mis buenos amigos, que se ha instalado en un pueblo cercano a Londres—, porque está tan acostumbrada a este luminoso SUR, que me la imaginaba triste en el ambiente oscuro yGRIS de la Gran Bretaña. Dice que cuando bajó del tren quedó sorprendidísima porque allí no había ingleses, sólo se veían personas de color. No es por nada, es que a Lady Lu le pasa lo que a servidor —y a una gran mayoría de españoles—, que nos falta cursar una asignatura, superar la sorpresa-desconfianza que nos causa un extraño a la tribu. Me lo pregunto muchas veces: ¿Qué pasará cuando a la gente normal y tolerante —los que decimos conste que yo no soy racista, pero…— nos coloquen una mezquita en el barrio, o un campamento de de rumanos en el descampado o un piso patera en el bloque? ¿Qué pasará? ¿Seguiremos siendo esos tolerantes de salón (porque lo ven todo a lo lejos) o empezaremos a pensar con el hígado y a decir que TODOS los extraños son delincuentes porque son extraños?

¿Quién sabe? A lo mejor comprendemos TODOS que en UN país hay UNA ley paraTODA la gente. Si fuera así, mañana, el torbellino browniano habrá finalizado. La disolución habrá alcanzado el equilibrio y tendrá un color uniforme.



miércoles, 20 de octubre de 2010

La hormiga de Nando Sánchez

"Fue en mitad de una vereda, en mitad de la nada para ella (supongo), donde la encontré. Al principio la creí muerta, al acercarme observé como poco a poco se movía. Ningún congénere alrededor, perdida, tras una batalla cruenta, quizá de dimensiones cósmicas pero imperceptible a nuestros ojos. No sé exactamente porque, pero me conmovió aquella hormiga tullida."

Le dije a Nando que también me conmovía la hormiga. Hay algo excesivamente triste en la cabeza humillada, en el porte derrotado, en la inutilidad de las batallas que se repiten una y otra vez, eón tras eón, para dejar las cosas como al principio. Nando ha retratado la falta de futuro. ¿Y ahora, qué?, es la pregunta cristalizada en la imagen.

…no paro de mirarla. Es una insignificante hormiga tullida. Abandonada en un lugar infinitesimal del cosmos. Apenas le queda un aliento de vida… pero no paro de mirarla, de contar las patas que le faltan —¡por Dios, deberían ser seis!—, de preguntarme cómo ve su mundo si ya no tiene antenas…

Y me fascinan los hombres como Nando, que se paran a observar una hormiga tullida, que la inmortaliza y nos la ofrece. Tal vez los hombres y mujeres que nos gobiernan deberían bajar de vez en cuando a ras de suelo para llorar por el micromundo que manejan —por todas las hormigas tullidas como ejemplo—. Y, entonces, a lo mejor, muchos de esos hombres y mujeres que nos gobiernan dejen de tener la moralidad de una mantis religiosa.


lunes, 18 de octubre de 2010

Las raíces del cóleo

Hoy toca no pensar demasiado. Sólo hay que mirar y oír. Tenía olvidadas estas fotos en un tubo desde enero (Aquí tenéis más)…
...en enero la luz que entra por las mañanas es muy tangencial y cualquier cosa produce una sombra alargada. Las sombras siempre son preciosas, los objetos que las provocan son otro asunto...
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Deseo que os guste. Un cordial saludo

domingo, 17 de octubre de 2010

Hipotecar o asegurar el futuro de Punta Cantera


Cuestión previa: En San Fernando - Cádiz existe un terreno militar en desuso. Parte de ese terreno está lleno de polvorines y elementos arquitectónicos, todos ellos de indudable valor histórico, arquitectónico y etnológico. Pronto pasará a manos del municipio. ¿Debe protegerse adecuadamente ese conjunto histórico? Esa es la pelea municipal... Un grupo de ciudadanos, al margen de los legítimos intereses partidarios, se manifiesta a favor de amparar jurídicamente -con una protección máxima- el Conjunto Histórico de los Polvorines de Punta Cantera...

Tengo la sensación de que los adheridos al Manifiesto por un Conjunto Histórico en los Polvorines de Punta Cantera (ENTRE AQUÍ), que somos un nutrido grupo de ciudadanos, estamos entre una fuerza incontenible y un objeto inamovible. Todas esas personas tienen mi agradecimiento, y, por la confianza que ofrecieron desinteresadamente, merecen unas puntualizaciones por mi parte.

Nosotros también queremos que los Polvorines sean declarados Bien de Interés Cultural (decíamos que debían ser “…declarados y considerados como un Conjunto Histórico, con máximo nivel de protección…”)
y eso nos coloca, aunque no se diga explícitamente, en mitad de una agria, enconada y vieja pelea política municipal. Y no es agradable escuchar y leer lo que pasa, porque, fíjense ustedes, absolutamente todos los grupos municipales dicen respetar la identidad y la integridad de los polvorines; dicen querer desarrollarlos de forma sostenible para beneficio de todos los isleños; quieren que genere puestos de trabajo y riquezas, y que se dinamice la vida local. Todos se ajustan al manual de lo políticamente correcto. Pero no sólo los grupos municipales, también los redactores del PGOU reconocen taxativamente el valor cultural del Conjunto Histórico de los Polvorines de Punta Cantera, y, es más, recomiendan a los munícipes que todo el conjunto —polvorines, murallas, muelles y alfar romano— sea declarado BIC. Es decir, los ciudadanos que apoyamos el Manifiesto por Punta Cantera, los grupos municipales del Ayuntamiento y los redactores del PGOU dicen estar de acuerdo en proteger la integridad de los Polvorines. Entonces, ¿qué mejor forma de respetar Punta Cantera que yendo más allá de la simple declaración de intenciones y buscar la protección jurídica que nos permite la ley?

Lo que pasa a partir de aquí es uno de los innumerables ejemplos de la malísima impresión que tenemos algunos ciudadanos de la política. Que a lo peor es una apreciación errónea, pero la tenemos. Y conste que no quiero señalar ni a personas ni a partidos, ni a culpables ni a víctimas, señalo la fea dinámica en la que está metida la política municipal en el asunto que nos atañe a los firmantes del Manifiesto.

Los redactores del actual PGOU tienen toda mi gratitud por el trabajo realizado y por recomendar la declaración de BIC para los polvorines. Pero, ¿harán caso nuestros políticos locales a esa recomendación?
Pues, unos sí aceptan explícitamente la recomendación y han tomado la iniciativa —también tienen mi gratitud—, otros se oponen rotundamente a la declaración BIC de los polvorines. Desde la percepción del ciudadano de a pie, lo espectacular sería conseguir la unanimidad. Pero no sé, eso parece una quimera… la pelea política es agria y las posturas son opuestas por definición, con independencia de las razones que cada cual esgrima. Siempre parece posible encontrar argumentos para mantener el antagonismo sistemático; parece un acto emocional, de los que rige el sistema límbico. Además, nuestros munícipes no están obligados a aceptar la recomendación del PGOU. Y si dejamos sin protección jurídica todo el conjunto, estaremos dejando al albur del primero que pase por allí —tenga cuatro o cuatrocientos mil votos— el desarrollo de la zona; y el problema será que no sabemos qué criterio ni qué sensibilidad pueda aplicar. Es así de simple. Algunos justifican su rechazo a la declaración de BIC en lo que supondría una intromisión ajena en la voluntad de los isleños. Es decir, no ven con buenos ojos que los polvorines pasen a ser dominio público; pero esa es precisamente la mejor garantía para su conservación futura. Los isleños seguiremos decidiendo qué hacer en los polvorines, pero, eso sí, habrá que pagar la incomodidad de ajustarnos a la forma y comprometernos a mantener la identidad estética y cultural. Eso no es perder soberanía, ni es hipotecar el desarrollo de la zona. Significa que habrá que trabajar más para que la entidad y la identidad del conjunto se mantenga... Eso redundará en que San Fernando sea una ciudad distinta. O sea, si cada vecino coloca el toldo que le de la real gana, la fachada comunitaria será un desastre en poco tiempo. En el fondo es eso. Y nadie dijo que la cosa fuese sencilla.

En la Isla tenemos buenos ejemplos de objetos BIC (Castillo de San Romualdo, Isla de Sancti Petri, Iglesia Mayor, Teatro de Las Cortes, todo el rosario de baterías del XIX, etc.) y a pocos se les ocurre decir que tal calificación hipoteque su desarrollo, al contrario. Nos podemos quejar —y a veces con toda la razón y la indignación del mundo— de las pegas berlanguianas que pone la administración superior para aprobar actuaciones sobre objetos BIC… pero cuando eso ocurre, y ocurre mucho, habrá que denunciar la mala gestión, las prácticas interesadas y partidistas, y, sobre todo, hacerlo mejor cuando cambien las tornas, pero no cuestionar la bondad de la figura jurídica de BIC. O sea, no es razonable prescindir de los cuchillos porque te hayas cortado, habrá que usarlo mejor.

España está llena de decenas de viejos castillos, iglesias, fortificaciones y conventos, declarados BIC y reconvertidos en hoteles y/o centros multifuncionales que son un magnífico ejemplo de simbiosis entre intereses públicos y privados… Pensar que tener otro BIC en la ciudad es ceder soberanía municipal —lo digo con todo respeto— es mirarse el ombligo... la cultura, la historia, el patrimonio físico no sólo son tesoros locales, también son (aunque suene cursi) de la humanidad.

Pero me planteo una segunda cuestión: ¿Es suficiente que los Polvorines de Punta Cantera sean conjunto BIC para garantizar su integridad?

Posiblemente, no. Hay ejemplos muy cercanos de desprecio absoluto a bienes protegidos. Algunos ciudadanos de a pie estamos muy escarmentados y me temo que pocas veces podremos saber qué decisiones tomarán los políticos —hablo en general, sin concretar en lo local— porque, por desgracia, tampoco sabemos con certeza qué intereses defienden en realidad. Algunos nos han demostrado que en política las causas justas no importan, ni los sentimientos —a veces, ni siquiera la voluntad popular—; y al final solemos comprobar que son intereses y conveniencias lo que mueve el mundo global y local, casi nunca son principios éticos. Deseo de corazón que aquí eso no ocurra.

Punta Cantera no es un terreno baldío. Ciudades como Tenerife, Pamplona, Peñíscola, Gerona, Alicante, Málaga, etc., han hecho auténticos esfuerzos para recuperar un solo polvorín y desarrollar actuaciones municipales en su entorno. Pero, fíjense ustedes, nosotros no tenemos un sólo polvorín como esas ciudades, tenemos veintiséis. Y todos ellos concentrados en Punta Cantera, rodeados de una muralla del XVIII, con dos puertos históricos, uno para el comercio de Indias y otro para la Pólvora de Su Majestad. Lo que los isleños tenemos en Punta Cantera es un patrimonio histórico, arquitectónico, ambiental y paisajístico único y digno de una atención exquisita. Deberíamos hacer caso a los redactores del PGOU y terminar de proteger aquello hasta la última piedra. Solo ocupan unos noventa mil metros cuadrados de los cerca de medio millón que revertirán al municipio. Con el resto de los terrenos de Fadricas (los expropiados en 1960 y 1977) se puede y debe hacer lo que sea razonable, pero en Punta Cantera tienen que pensarlo muy detenidamente (y me consta que todos lo hacen). Tenemos allí un diamante en bruto que habrá que pulir con cuidado porque es único en España. Entonces, y sólo entonces, nos devolverá las riquezas y el empleo que los isleños nos merecemos. Y, en mi parecer, el primer paso para que eso ocurra sin fracturas es amparar jurídicamente el Conjunto Histórico de los Polvorines con una protección patrimonial máxima. Rematar ese amparo es lo primero que deberían hacer todos nuestros responsables políticos, y hacerlo ya.
Si desea adherirse al Manifiesto por Un Conjunto Histórico en los Polvorines de Punta Cantera, por favor, ENTRE AQUÍ Y siga los pasos. Es una iniciativa personal, al margen de partidos políticos, sindicatos y grupos sociales. Gracias.

jueves, 14 de octubre de 2010

Tengo dos o tres conocidos que ven Intereconomía

Tengo dos o tres conocidos que ven Intereconomía —para el que no lo sepa, es una cadena de televisión que pertenece a un grupo mediático de la ultraderecha española más rancia—. Yo los aprecio mucho (a mis conocidos, digo), pero, eso, que se nutren de opiniones y estética ultra. Y eso, a la larga, marca.

Señoras y señores contrarios a Zapatero, ejerciendo su libertad de expresión. (La imagen pertenece a Intereconomía)

Ayer, al poco de abuchear al presidente Zapatero un grupo de gamberros, uno de misconocidos me preguntó si tenía sintonizada tal cadena en casa —seguro que con mis antecedentes lo veía poco probable— porque quería ver el mal rato de Zapatero, precisamente ahí, en Intereconomía… que como es algo contra los sociatas, seguro que sale la cosa como más catastrófica y así el hombre se divierte más…

…y se quedó con las ganas. Era pronto. Pero, bueno, por lo que se sabe, Zapatero no lanzó a sus abucheadores la peineta que Aznar les dedicó a los suyos. Y es que, siempre hayclases. La de Aznar, desde que se convirtió en el tercer cerdito de las Azores, ya sabemos con claridad cual es… y, por extensión, similitud y sintonía, también sabemos qué clase de partido es el PP —que no anda sobrado de ética precisamente—, la misma clase que demuestran los abucheadores de Zapatero, y la misma que demuestran públicamente muchos de sus cargos electos y simpatizantes… afortunadamente no todos.

Y me preocupa que la derecha ultra, faltona, gamberra y antidemócrata quepa en el PP y lo colonice —si es que no lo ha hecho ya—. Más me gustaría lo contrario, que el PP ejerciera una tutela ética sobre esa gente que le vota; que los cargos electos aplicaran una pedagogía que sirviera para moderar esas formas y para mantener unas maneras civilizadas y democráticas, aunque perdieran ese puñado de votos gamberros. O sea, que se desmarcaran de los comportamientos irrespetuosos y de los abucheos a un presidente del gobierno —en el parlamento y en la calle—, y nunca callarse con una sonrisa socarrona y cómplice como la de Esperancita, Grande de España ella. Pero me temo lo primero, que la derecha que va a gobernar España tarde o temprano sintonice perfectamente con los que hacen política en la barra de un bar a partir de la tercera birra. O sea, me temo que van camino de convertirse en un peligroso Tea Parthy carpetovetónico. Eso, sumado a las recetas ultraliberales que aplicarán, pánico debería darnos… porque, para ellos, los de siempre vamos a pagar la superación de la crisis. Pero ahora sin complejos, porque para eso habrán recibido del gobierno socialista una herencia política y económica (causada precisamente por las políticas económicas globales que el PP apoya) que usarán para justificar cualquier barrabasada que perpetren… Y eso sí que será duro. Pero duro para los de siempre, por supuesto, es decir, para los curritos de a pie y para los parados. Y de esa brutal injusticia ya habrá tiempo de hablar, de sufrirla y de llorarla. Veremos…



La casa de Luisa

La casa de Luisa es simple y está rodeada de árboles frutales. Es un oasis en mitad de un bosque de alcornoques. Hay un enorme nogal y una gigantesca higuera que regalan una sombra fresca sobre la mesa y el poyete. Dice Luisa que este año apenas han salido nueces, pero que la higuera ha sido generosa.


El camino para llegar no es muy conveniente para coches delicados. Pero es un vergel. Acompañan el camino chumberas coronadas de higos-chumbos maduros. Miguel, que no es hombre de campo, es más bien urbanita voluntarioso, los coge con cuidado y, para no pincharse con las púas, los pela con navaja y tenedor. Y siguiendo el carril, más allá de su casa, hay decenas de membrilleros, que, como estamos en el veranillo de San Miguel, están todos en sazón… las ramas saltan las cercas cargaditas de frutos y tapizan el camino de membrillos-gamboas que nadie recoge. Los hombres urbanos, que solo los vemos amontonados en el mercado con el precio encima, nos quedamos sin palabras...

El hombre venido a menos ha dormido la siesta tumbado sobre la hierba, debajo de un caki, con un zapato por almohada, como cuando era de la OJE. Hay muchos cakis por allí. Son de los de siempre, de los que hay que comerlos muy maduros, que casi se rompen con solo tocarlos. Me comí dos para la merienda, sin remilgos, que la pulpa me llegó hasta los codos… la pena fue que el último higo-chumbo —el de la vergüenza— me lo comí a continuación de los cakis y apenas noté su dulzor.

¡Que pena que el ciruelo que tiene Luisa estuviese pasado! Por eso me llevó a la huerta de su vecino, que tiene varios ciruelos tan cagados, tan cargados, que no da abasto a recogerlos. Dice el vecino que tantas han dado, que los asilos de ancianitos de Cortes y Ubrique están jartitos de sus ciruelas… Eran ciruelas de un precioso color ciruela, como Dios manda. Y llenamos dos cestas de mimbre en un momento... No cojáis las del suelo, no cojáis las del suelo, decía el vecino. Además de nueces, cakis, chumbos, membrillos y ciruelas, comí acerolas (que allí les llamas asofaifas) y tomatitos sherry, que son tan pequeños que perecen cerezas… y no le caían muy simpáticos al hombre porque dice que crecen fuera de su control, y que si las abejas polinizan los tomates corazón de toro —que son unos tomates grandes y retorcidos, que pueden pesar hasta un kilo— con el polen de los sherry, entonces le salen tomates corazoncitos de pollo. Y no está dispuesto el hombre. Por eso los arrancó como el que quita mala hierba y me los regaló …esto na más que con una chispita de sal y mijita aceite de oliva y tiene usté una cena la mar de apañá. Tuvo razón el vecino.

Hablamos varias veces durante la tarde… hasta ese día no me había dado cuenta, pero empecé a descubrir lo guapísima que es Luisa.

Al atardecer nos marchamos. Cada uno cargaba dos calabazas y varias bolsas de fruta. La generosidad de la gente del campo no tiene precio… le di un abrazo a Luisa. No sé si se percató de que fue un abrazo un poco más largo y un poco más apretado de lo que debiera ser…

sábado, 18 de septiembre de 2010

Un vecino en bici pasea por la Isla de León en vísperas del bicentenario

Ayer saqué la bici de mi niño y me fui a liquidar un par de recaos por las calles de la vieja Isla de León (San Fernando – Cádiz)… que últimamente han hecho una red de carriles-bici muy controvertidos. Unos dicen que bueno, que vale, pero que están mal diseñados y no se ajustan a la normativa; otros, que discurren por las aceras y han eliminado aparcamientos para coches, y que no hay derecho; otros protestan porque piensan que las bicis son un peligro para los viandantes…

…pero a servidor le encanta una ciudad con muchas bicis por la calle. Desde que visité Berlín y Ravenna comprendí que una ciudad con muchas bicis por la calle se acerca a una ciudad civilizada, serena y saludable. No sé, las ciudades con bicis me resultan ciudades amables. Y eso ocurre cuando, además de circular ciclistas —deportistas dominadores de la máquina—, empiezan a circular por las calles vecinos en bici, que no es lo mismo porque son personas en el límite de sus fuerzas y en el borde de sus equilibrios…

…servidor es de esos. Voluntarioso, pero de esos.

Pero que nadie se equivoque, ir al límite de las fuerzas y al borde del desequilibrio es una cuestión pasajera. Se supera; y mientras tanto, estos vecinos en bici son los ponemos pie en tierra en cuanto se acercan a un niño fuera de control, o vemos un estrechamiento de la vía o un coche en lontananza… Los vecinos en bici no somos un peligro precisamente por nuestra inseguridad. Es más peligroso —por ejemplo— un conductor que busca aparcamiento gratis y cuando lo encuentra se lo pisan con malas artes…

Fachada de lglesia Mayor antes de la restauración

…echo pie a tierra y me siento un rato delante de la Iglesia Mayor. La fachada está recién restaurada —recordemos que el 24 de septiembre harán 200 años que en esa iglesia juraron los diputados que redactaron la primera constitución española­, La Pepa—. Pero me voy sin decidir si me gusta cómo la han dejado. No sé: ese color almagra tan subido...

…como ahora no pasan coches —pasará un tranvía—, en la calle Real han montado un mercado medieval, que ahora se lleva mucho llamar así a estas cosas. Olían las especias y los quesos añejos. Me gusta. También hay un barco velero varado en mitad de la calle.

Las terrazas de los bares se han expandido para conquistar parte de la vieja calzada. El sol del atardecer invita a tomarlas… Han engalanao la calle con banderas y banderolas porque los reyes van a venir —por lo del bicentenario del 24-S— y la ciudad debería estar bonita. Pero no sé… hay demasiadas obras sin terminar y eso estropea todos los intentos.

Pasean por la calle muchos vecinos, muchos. La Plaza del Rey y la Alameda parecen guarderías. ¡Cómo gritan los niños! Me inquietan los niños. Son impredecibles… eso debe ser porque me hago mayor y no tengo nietos.

Se ven algunas bicis, pero aún son pocas para que la ciudad sea amable…



jueves, 16 de septiembre de 2010

El patriotismo hepático de Rajoy

Nací en Ceuta, pequeña ciudad en la costa africana del Estrecho de Gibraltar, y corrí por las calles de Villajovita, un pequeño barrio de las afueras. Y allí batallé a pedradas contra los niños del Mixto por la disputa del Llano, un descampado a pie de las murallas merinidas que usábamos como campo de futbol…
Puerta de FEZ. Murallas meriníes de Ceuta

…el barrio y la ciudad —Villajovita y Ceuta— son mi patria noble; la primera, la que se instala en el corazón cuando es virgen… porque las otras, las patrias que se aprenden en panfletos, o en libros de historia amañada, o en soflamas al son de músicas marciales y bajo banderolas coloristas, esas son patrias amañadas, patrias que a otros interesa imbuir de forma forzada. Y no me fío demasiado de ellas porque no residen en el corazón sino en el hígado…·
Rajoy viaja hoy a Melilla —ejerciendo su derecho incuestionable— pero me parece que lo hace de forma aviesa (por obvias razones) y apelando a este patriotismo hepático del que hablo. El mismo patriotismo que utiliza a su vez —ejerciendo su derecho incuestionable— el primer ministro del otro país para que sus conciudadanos se sientan agredidos en sus sentimientos patriohepáticos. Hay poca nobleza cuando ambos azuzan estos sentimientos tan fáciles de soliviantar.
·
Me parece que no es bueno apelar a las patrias aprendidas, prefiero a las personas como objeto de deberes y derechos, amores y desamores… Sí, prefiero apelar a la patria nobleporque cuando al cabo de los años me reencontré con Abselam, uno de esos niños malos del Mixto, en lugar de seguir con las pedradas, nos abrazamos. Es lo que tiene compartir la pequeña patria noble, la que aprendimos entre nosotros.
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Veremos qué pasa…

martes, 14 de septiembre de 2010

La Pensadora de Ikea no tiene pasado


Con catorce años se empieza a pensar más y a jugar menos… creo. El cuerpo de la Pensadora de Ikea es un torrente desbocado de hormonas. La mente, un torbellino de ideas y percepciones que van cambiando de un minuto para otro.

Con catorce años apenas se tiene pasado; el presente es rabioso y el futuro no existe, ni se piensa. El mundo que encuentra, cambia y se adapta exactamente con su ritmo vital, y viceversa. El mundo y la pensadora se modelan al mismo tiempo… por eso —porque no hay un mundo pasado al que añorar— para ella no hay sorpresas ni miedos ante los cambios sociales que se siempre se avecinan.

El antiguo homínido se adaptó al hábitat —físico y social—, la Pensadora de Ikea se mimetizará estupendamente con el cambio histórico que le toque vivir…

Solo cambia el decorado.


viernes, 10 de septiembre de 2010

Quemar libros es una cosa muy fea

Y, seguramente, eso pasa por leer el mismo libro día tras día, en este caso la Biblia. Hablodel reverendo Jones, ese pastor de cincuenta corderos —imbécil a su vez—, de bigote blanco y hablar pausado, que quiere quemar coranes como si fueran las obras de Miguel Servet, porque ha llegado a la conclusión de que el Islam es Satanás, y quemando unos cuantos libros se eliminan los males del mundo…


Sí, seguramente eso le pasa al reverendo por limitarse a leer un solo libro, y creérselo. O sea, pensar que por conocerlo de principio a fin se está en posesión de la Verdad Sagraday de las soluciones para los problemas humanos. Hay que ser imbécil. Sí, señor, hay que estar rematadamente loco…

…y parte del problema es que nada ni nadie ridiculiza pública y abiertamente los comportamientos absurdos ligados a mensajes divinos que solo oyen imbéciles como este. Ni siquiera su presidente Obama es capaz —en atención a la libertad de pensamiento— de llamar idiota a este personaje por la presunción de respetar sus creencias religiosas. Todo lo contrario, se observan y se cumplen todas las liturgias de sumisión a las clerigallas que medran en nuestras sociedades.

Casi nadie con prestigio en este planeta tiene la valentía de llamar a las cosas por su nombre y declarar que las creencias en submundos no pueden interferir la gobernanza de los pueblos (ni mediar el desarrollo científico… recuérdense a Hawking y a Dawkins) Y esto pasa porque las religiones —con independencia de su ridiculez— son unos valiosos instrumentos de sumisión y control…

…hasta que imbéciles como el reverendo Jones intentan meter fuego al bidón de gasolina en mitad del cumpleaños.

Quemar libros es una cosa muy fea, pero forma parte de la libertad personal. En las sociedades democráticas, los individuos pueden hacerlo… en las otras —adecuadamente dirigidas, como todo hijo de vecino— se sienten ofendidos.


Quemar libros es una cosa muy fea

Y, seguramente, eso pasa por leer el mismo libro día tras día, en este caso la Biblia. Hablodel reverendo Jones, ese pastor de cincuenta corderos —imbécil a su vez—, de bigote blanco y hablar pausado, que quiere quemar coranes como si fueran las obras de Miguel Servet, porque ha llegado a la conclusión de que el Islam es Satanás, y quemando unos cuantos libros se eliminan los males del mundo…


Sí, seguramente eso le pasa al reverendo por limitarse a leer un solo libro, y creérselo. O sea, pensar que por conocerlo de principio a fin se está en posesión de la Verdad Sagraday de las soluciones para los problemas humanos. Hay que ser imbécil. Sí, señor, hay que estar rematadamente loco…
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…y parte del problema es que nada ni nadie ridiculiza pública y abiertamente los comportamientos absurdos ligados a mensajes divinos que solo oyen imbéciles como este. Ni siquiera su presidente Obama es capaz —en atención a la libertad de pensamiento— de llamar idiota a este personaje por la presunción de respetar sus creencias religiosas. Todo lo contrario, se observan y se cumplen todas las liturgias de sumisión a las clerigallas que medran en nuestras sociedades.
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Casi nadie con prestigio en este planeta tiene la valentía de llamar a las cosas por su nombre y declarar que las creencias en submundos no pueden interferir la gobernanza de los pueblos (ni mediar el desarrollo científico… recuérdense a Hawking y a Dawkins) Y esto pasa porque las religiones —con independencia de su ridiculez— son unos valiosos instrumentos de sumisión y control…
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…hasta que imbéciles como el reverendo Jones intentan meter fuego al bidón de gasolina en mitad del cumpleaños.
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Quemar libros es una cosa muy fea, pero forma parte de la libertad personal. En las sociedades democráticas, los individuos pueden hacerlo… en las otras —adecuadamente dirigidas, como todo hijo de vecino— se sienten ofendidos.