jueves, 23 de octubre de 2008

El valor de lo simple


...a cuatro pasos de Ponte Vecquio, en la renacentista Florencia, nos asombra un ventanuco. Ni siquiera es antiguo, ni tiene postigos de viejas maderas ajadas al sol, o al viento.

A veces el momento nos elige. A veces una imagen sobresale en mitad de un mundo hosco, agrio, injusto, infame e infamante... pero bello.




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