Inevitablemente el autor se desnuda cuando escribe. También se desnuda cuando pinta, compone música o esculpe una forma. También se desnuda el homo sapiens venido a menos cuando escribe en su blog... debe ser la versión actual de aquello que empezaba con la temida frase “Querido diario...” como indicando un abandono total a la sinceridad más indómita.
Mi amigo Gerión (le llamo Gerión porque es muy discreto y no estoy seguro de que le guste verse aquí) me da un tirón de orejas por la forma faltona de escribir sobre política y religión... No me reconoce. En más de 25 años me ha escuchado ideas de esos sesgos pero jamás con la acritud con que las lee ahora en el blog de su amigo Milan. Y esto le sorprende malamente. Me dice que don Antonio, su suegro, en casos como este decía: “No le conozco, don Juan”.
Muy pocas veces tenemos la suerte de tropezar con amigos como Gerión. A los pocos días de conocernos, justamente en la víspera de la primera victoria electoral de Felipe González (¿era en octubre de 1982?) le pregunté:
- ¿Mañana brindaremos con champán?
- Bueno, seguramente brindarás con champán.
De golpe descubrí que Gerión no iba a votar a partidos de izquierda. ¡Sorpresa! Para servidor, en su ingenuidad de pocos años, pertenecer a la misma generación era señal de comunión política. ¡Craso error! Porque hay mil formas, todas válidas, para llegar a cualquier convicción por opuestas que sean. Pues han pasado 25 años de amistad, de exquisito respeto a nuestras opiniones y creencias, y, sobre todo, de cariño.
Y es ahora, leyendo el Blog del homo sapiens venido a menos, que también es de su amigo Milan, cuando descubre que esto no es lo que parecía. Querido Gerión, yo también estoy desconcertado porque no sé muy bien qué puñetas está pasando. Lo mismo hay algo de catarsis en esta cosa de escribir en un blog... y dejo aflorar al alter ego, ese faltón homo sapiens venido a menos, en un ejercicio descarado de dejar vía libre a la disfunción bipolar que casi todos arrastramos peor que mejor. Y ambos, tu amigo y el homo sapiens, son igualmente auténticos.
La verdad es que este tirón de orejas ya lo venía barruntando, por eso colgué el post “La Discreción Desleal” hace un par de semanas... aunque con Gerión no ha existido discreción desleal porque él conoce a Milan y al homo sapiens venido a menos. Puedo escribir que me siento enemigo de la política que hacen los americanos, pero cuando me cruzo con ellos en el trabajo, no les veo como enemigos. Puedo echar pestes de la iglesia, pero no odio ni a curas ni a creyentes cuando los tengo delante. Puedo abominar de la Semana Santa, pero soy amigo de cofrades y costaleros. Me produce repulsa la política del PP, pero tengo queridos amigos que les votan. Mis fobias son teóricas, dedicadas a entes etéreos; pero nunca me he sentido enemigo de ningún ser humano con nombres y apellidos, con cara y mirada.
Sea como sea, gracias al tirón de orejas de Gerión, me siento ahora pelín incómodo dejando tan suelto al homo sapiens venido a menos. Esto no pasaría si el Blog del Milano fuese anónimo, o escribiese una personalidad supuesta... pero eso no sería honesto porque alguien debe ser el responsable de las opiniones vertidas, y sobre todo, porque ni Milan ni el homo sapiens venido a menos verían reconfortada su vanidad personal, ¡para que vamos a mentir a estas alturas de la vida!
Gracias, Gerión, viejo amigo. Lo deshonesto por tu parte habría sido permanecer callado. Tienes razón cuando recuerdas la frase de Gandhi:
«Si respondemos con violencia, nuestros futuros líderes se habrán formado en una escuela de terrorismo. Si respondemos ojo por ojo, lo único que conseguiremos será un país de ciegos»
Yo también te quiero.
Mi amigo Gerión (le llamo Gerión porque es muy discreto y no estoy seguro de que le guste verse aquí) me da un tirón de orejas por la forma faltona de escribir sobre política y religión... No me reconoce. En más de 25 años me ha escuchado ideas de esos sesgos pero jamás con la acritud con que las lee ahora en el blog de su amigo Milan. Y esto le sorprende malamente. Me dice que don Antonio, su suegro, en casos como este decía: “No le conozco, don Juan”.
Muy pocas veces tenemos la suerte de tropezar con amigos como Gerión. A los pocos días de conocernos, justamente en la víspera de la primera victoria electoral de Felipe González (¿era en octubre de 1982?) le pregunté:
- ¿Mañana brindaremos con champán?
- Bueno, seguramente brindarás con champán.
De golpe descubrí que Gerión no iba a votar a partidos de izquierda. ¡Sorpresa! Para servidor, en su ingenuidad de pocos años, pertenecer a la misma generación era señal de comunión política. ¡Craso error! Porque hay mil formas, todas válidas, para llegar a cualquier convicción por opuestas que sean. Pues han pasado 25 años de amistad, de exquisito respeto a nuestras opiniones y creencias, y, sobre todo, de cariño.
Y es ahora, leyendo el Blog del homo sapiens venido a menos, que también es de su amigo Milan, cuando descubre que esto no es lo que parecía. Querido Gerión, yo también estoy desconcertado porque no sé muy bien qué puñetas está pasando. Lo mismo hay algo de catarsis en esta cosa de escribir en un blog... y dejo aflorar al alter ego, ese faltón homo sapiens venido a menos, en un ejercicio descarado de dejar vía libre a la disfunción bipolar que casi todos arrastramos peor que mejor. Y ambos, tu amigo y el homo sapiens, son igualmente auténticos.
La verdad es que este tirón de orejas ya lo venía barruntando, por eso colgué el post “La Discreción Desleal” hace un par de semanas... aunque con Gerión no ha existido discreción desleal porque él conoce a Milan y al homo sapiens venido a menos. Puedo escribir que me siento enemigo de la política que hacen los americanos, pero cuando me cruzo con ellos en el trabajo, no les veo como enemigos. Puedo echar pestes de la iglesia, pero no odio ni a curas ni a creyentes cuando los tengo delante. Puedo abominar de la Semana Santa, pero soy amigo de cofrades y costaleros. Me produce repulsa la política del PP, pero tengo queridos amigos que les votan. Mis fobias son teóricas, dedicadas a entes etéreos; pero nunca me he sentido enemigo de ningún ser humano con nombres y apellidos, con cara y mirada.
Sea como sea, gracias al tirón de orejas de Gerión, me siento ahora pelín incómodo dejando tan suelto al homo sapiens venido a menos. Esto no pasaría si el Blog del Milano fuese anónimo, o escribiese una personalidad supuesta... pero eso no sería honesto porque alguien debe ser el responsable de las opiniones vertidas, y sobre todo, porque ni Milan ni el homo sapiens venido a menos verían reconfortada su vanidad personal, ¡para que vamos a mentir a estas alturas de la vida!
Gracias, Gerión, viejo amigo. Lo deshonesto por tu parte habría sido permanecer callado. Tienes razón cuando recuerdas la frase de Gandhi:
«Si respondemos con violencia, nuestros futuros líderes se habrán formado en una escuela de terrorismo. Si respondemos ojo por ojo, lo único que conseguiremos será un país de ciegos»
Yo también te quiero.
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