No sé, pero mi tiempo, el de este jubilado, ya no es un tiempo productivo… y eso resulta nuevo y extraño. Uno observa lo que ha ocurrido, que pasas la vida buscando rentabilizar económicamente el tiempo, pero ahora lo dejas discurrir mientras tallas caritas de reyes muertos en un palo… y eso acarrea cierta sensación de culpabilidad.
- ¿En qué andas metido?
- Pues no, amigo, no tengo ninguna rutina, una día es distinto del siguiente, o igual, no me importa. Ya veremos cómo nos encuentra el día...
La teología neoliberal nos ha robado hasta la libertad para utilizar nuestro tiempo sin remordimientos.
¡Son criminales!
No hay comentarios:
Publicar un comentario