A los redactores del antiguo Plan General de Ordenamiento Urbano de San Fernando (PGOU) les pasaba lo que a los alquimistas, que escribían tan herméticamente que solo entendían los iniciados. Por eso la gente del común, por más pergaminos que leyeran, permanecía en la ignorancia. Decían los antiguos urbanistas:
“El desarrollo de actuaciones residenciales ejemplarizantes y pedagógicas, que traten de introducir criterios “diferenciales” de ordenación y configuración física, transformando las características espaciales de monofuncionalidad y monocultivo tipológico que suelen presentar los crecimientos residenciales de última generación, constituyen una línea de actuación pública de notable interés. San Fernando ha de invertir su carácter de ciudad recinto y amurallada, activando recursos figurativos que conformen un nuevo espacio fronterizo sustentado en la interactuación e interpretación entre el medio urbano y natural entendidos como principios proyectuales básicos. Los suelos ubicados en el frente al saco interior de la Bahía (Fábrica San Carlos (3.1) y actuales polvorines de la Armada (3.2)) representan una oportunidad irrenunciable para territorializar esta línea de acción pública.”
Fuente: PGOU San Fernando, 1992 / Estrategias, página O-65
O sea… “actuaciones residenciales ejemplarizantes”, “criterios diferenciales”, “características espaciales de monofuncionalidad”, “recursos figurativos”, “principios proyectuales básicos”... aplicados a los terrenos de la vieja Fábrica de San Carlos y los Polvorines ¿Saben ustedes qué querían justificar con estos palabros tan especializados? Simplemente la construcción de elevadas torres de pisos a escasos metros de la bahía de Cádiz. ¡Era eso!
Es decir, ese párrafo ha justificado la construcción de unos edificios mastodónticos casi en la orilla de la bahía —y pretendían construir unos cuantos más, pero la Crisis les frenó—. Ese simple párrafo tan raro justifica romper el paisaje sin remordimientos, despreciar el patrimonio estético y, de paso, favorecer, en buena lógica, el lucro de alguien. Tres torres prácticamente vacías porque se levantaron a pesar de no sé cuales irregularidades burocráticas, y pendientes hoy día de una resolución judicial para su total habitabilidad. Esto es lo que significa ese párrafo. A servidor le parece que se escribió tan crípticamente precisamente para ocultar la tropelía que venía a justificar. Es para no fiarse ni de unos ni de otros…
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