jueves, 15 de noviembre de 2007

Micromomentos cotidianos: malos despertares

Es noche cerrada cuando salgo con Trufo. A esa hora no podemos acosar a ningún gato, pero a él no le importa. Patrullamos el territorio y marcamos las esquinas como cada día. Luego, cuando volvemos a casa, el puñetero perrito se enrosca sobre sí mismo y sigue durmiendo. Vigila el sueño de mi compi, que lo hace hasta las ocho de la mañana, la puñetera.

Servidor sube entonces en la paquetera y viaja 40 kilómetros con sus compañeros de trabajo... por el sur, llamamos paquetera a una furgoneta de ocho plazas. Suelo dormitar acunado por la sintonía de Kiss-FM, o M-80, según quien conduzca, y hay días que hasta sueño...


...pero cuando le toca conducir a Juanito decide qué se oye a Jiménez Losantos, el crispador filofascista de la COPE. ¡Y hay que joderse! El personal, con servidor a la cabeza, llegamos absolutamente despiertos, rezumantes de adrenalina, con una enorme mala leche a flor de piel, y con unas ganas de trabajar que da gusto vernos... ¡el jodidolocutor provoca el mismísimo efecto que un lingotasso de ginebra en ayunas!

Bueno, por lo menos la cirrosis no será nuestro problema... ¡eso que nos encontramos!



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