La foto está tomada en Bahía Sur, San Fernando (Cádiz - España)
Los hombres pensaron que el pequeño ficus benjamina crecería vertical, y por eso acunaron su vida en un corsé de ladrillos y cemento pintadito de ocre.
Pero inevitablemente la vida se abre camino por las rendijas, y el pequeño árbol, más temprano que tarde, encuentra su salida y se desparrama, en libertad incontenible, buscando aquellas grandes alamedas, por donde camina el hombre libre...
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