Este artículo se publicó en Diario de Cádiz, 5 de Mayo de 2002
PUNTO UNO: En Vizcaya, el pintor vasco Agustín Ibarrola pintó hace unos años los árboles del bosque de Oma. Se podría pensar que no es buena idea interferir en la estética que nos ofrece la naturaleza, sin embargo añadir la creatividad del hombre a ese bosque ha conseguido una nueva dimensión: emociona. Hoy día, el bosque de Oma, desde el punto de vista cultural, es un parámetro más que enriquece a ese país. Desde el punto de vista económico es un reclamo turístico de primera magnitud y atrae anualmente a un enorme número de viajeros.
PUNTO DOS: “SEX” es la firma de un joven grafitero de Granada. Un joven artista nacido del arte transgresor de las pintadas murales callejeras. Marginal. Ejecutor de un arte efímero y destinado a ser destruido por los dueños de las fachadas abandonadas. SEX pinta niños del tercer mundo y sus obras son gritos mudos pero llenos de colorido y de un mensaje directo y obvio... A pesar de tener pendiente algún que otro juicio, el Ayuntamiento de Granada ha publicado un circuito turístico para visitar las fachadas iluminadas por SEX, el “Niño de las Pinturas”. Hoy día, desde el punto de vista cultural es un parámetro más que enriquece a la ciudad granadina. Desde el punto de vista económico es un reclamo turístico que anima a recorrer sus calles.
PUNTO TRES: Botero, el escultor colombiano de las rubicundas formas, expuso sus obras en el Paseo de la Castellana de Madrid. Kilómetros de sala de arte al aire libre que fueron visitadas por miles de personas a lo largo del tiempo que se expusieron. A más pequeña escala, en Aracena, la bella ciudad de la sierra onubense, disponen de un pequeño parque donde se exponen algunas esculturas a cielo abierto. Sin dudas, y salvando las diferencias, son invitaciones que hacen los pueblos para ampliar su oferta cultural y turística.
Con estas tres claves y disponiendo de un lugar privilegiado como Punta Cantera (rodeada de murallas de finales del siglo XVIII, la zona más antigua e integrada en los abandonados Polvorines de Fadricas, la zona que Felipe V donó a la Marina en 1730, que no es la zona expropiada en 1960 o 1977), la ciudad de San Fernando podría disponer de una Galería de Arte a Cielo Abierto, un lugar concebido para disfrute de todos, muy original y profundamente atractivo. Con la ventaja añadida de que ya está construido y, por tanto, no se violarían las servidumbres que exige la Ley de Costas, no se ocuparían nuevos espacios naturales porque ya están utilizados, no se destruirían anidamientos de aves, en suma, no se violaría nada, sería muy barato y añadiríamos a un vulgar parque periurbano (así parece estar preparado en el nuevo PGOU), una dimensión tremendamente atrayente. Veamos cómo.
LOS CUADROS: Existen en Punta Cantera 13 polvorines tipo B. Son esos montículos visibles desde Bahía Sur, con enormes fachadas blancas y de forma trapezoidal. Las fachadas de esos polvorines, visibles también desde la autovía de Cádiz, serían los lienzos ofrecidos a muralistas de prestigio, y a “grafiteros” como SEX, para plasmar su arte. Imaginemos en las fachadas de estos polvorines interpretaciones del “Gernika” de Piscasso, o variaciones sobre “El Grito” de Eduard Munch, tomado como símbolo del sufrimiento del pueblo bosnio. Imaginemos ahora la paloma de la paz de Alberti, o la de Picasso, en la fachada de un polvorín. ¿Qué muralista rechazaría la posibilidad de iluminar una de estas fachadas? ¿Qué grafitero resistiría el morbo de transgredir en esas condiciones? Podríamos pensar en tener, en la vieja Isla de León, una de las ofertas más originales de este país si ofreciéramos públicamente estas fachadas a artistas de todos los países, en condiciones de total libertad para expresar en sus obras la carga emocional de la injusticia, que cada fachada fuese un desgarrado grito gráfico y una denuncia, en colores o en grises, contra las guerras... Si lo consiguiéramos tendríamos un lugar digno de ser visitado.
LAS ESCULTURAS: En Punta Cantera ya existen los caminos que comunican los polvorines, unos con otros, en una red laberíntica. Sólo habría que repararlos para que los vecinos, todos los vecinos y, por supuesto, los miles de visitantes, puedan pasear en un recorrido que es, créanme, un lujo paisajístico. Caminos flanqueados de bancos rústicos, a la sombra de marquesinas de madera e integradas en el entorno. Pequeñas zonas de recreo para niños y para los deportistas que troten por allí. También flanqueando los caminos, en lugares adecuados, se podrían exponer las esculturas que serían la segunda oferta artística de esa Galería de Arte a Cielo Abierto.
Sin duda existe un déficit de oferta para exponer la producción escultórica de los artistas andaluces, españoles o europeos. Es decir, faltan foros donde los escultores puedan enseñar sus obras de grandes o pequeñas dimensiones y promocionarse públicamente. Por eso no sería complicado implicar a las distintas administraciones, comenzando por la Fundación Municipal de Cultura, para gestionar y asegurar estas exposiciones en Punta Cantera, premiadas o no. Oferta que se sumaría al recorrido pictórico... y al histórico, que pasamos a esbozar.
Imagen virtual de esculturas expuestas en Punta Cantera,
uno de los últimos parajes naturales de San Fernando
LA HISTORIA: Punta Cantera se adelanta y adentra en las aguas de la Bahía, frente a Puntales. Desde el extremo, el que mira directamente al ocaso, la vista es inolvidable. Justo en ese punto, el más alto, construyeron en 1808 una batería de morteros para acosar a la escuadra del almirante francés Rosilly; y en el viejo polvorín que allí se construyó en 1730, se alojaron los 200 ingleses y portugueses que defenderían la costa oeste de San Fernando si a los franceses se le ocurría entrar por aquí. Justo ahí convendría, desde luego, construir un mirador. Es decir, en lo más alto del lomo del polvorín A-3, el que se levanta hoy día en la misma punta, para desde ahí admirar la belleza del paisaje y comprender los avatares bélicos de todas las batallas navales que se dieron en la Bahía de Cádiz. Si existe un lugar para explicar “in situ” la historia es en el lomo del A-3.
Y una vez que el visitante se ha emocionado con los gritos pictóricos de las fachadas, que se ha sorprendido con las formas escultóricas, y que ha comprendido la geografía de la bahía desde el mirador del A-3, ahora, en el interior de los dos Almacenes para la Pólvora de Su Majestad, construidos en 1730, y más antiguos que cualquier otro edificio de la Isla, el visitante podrá recorrer, en una exposición audiovisual, y para no solapar con otros contenidos museísticos, la historia de los ataques a la bahía de Cádiz: el de Drake en 1585, el saqueo anglo-holandés de 1596, los intentos de 1625 y 1702, la rendición de Rosilly, etc. Sería una digna manera de dignificar estos dos viejos edificios. La oferta histórica pasaría por la visita al original Espigón de Punta Cantera, construido en el último tercio del siglo XVIII para embarcar los barriles de pólvora en los navíos y bajeles de S.M. Hoy día bastante maltratado por las mareas, pero que los estudiantes de arquitectura podrían contribuir con sus tesinas y tesis a reconstruir, en una labor similar a la realizada en Medinat A´Zahra, la ciudad califal de Córdoba. Campos de Trabajo veraniegos para que estudiantes de arquitectura vayan recuperando los cientos de sillares machihembrados esparcidos en el fango, encajarlos en su lugar y rehacer el viejo espigón...
Imagen del polvorín B-10 de Fadricas, decorado virtualmente por los
grafiteros del viejo muro de San Carlos
El visitante caminaría finalmente por el muelle de Fadricas... que está ahí desde finales del siglo XVII (un plano de Alain Manesson ya lo muestra en 1685), y se utilizó profusamente durante todo el siglo XVIII para aprovisionar flotas armadas de Su Majestad y buques del comercio con América. Sin duda un lugar con historia y solera...
EFECTOS COLATERALES: El visitante podría admirar los hornos del alfar romano del siglo I. Y el interior de los polvorines, respetando las fachadas, podrían ser: cines o salas multiusos, restaurantes y terrazas, zona de conciertos y “movida”, almacenes y oficinas municipales, almacenes para la ayuda internacional de Cruz Roja... etc., etc., etc.
¿Por qué no? Es fácil imaginar... pero lo mejor es que estas ideas no serían nada caras, y compaginarían las raíces históricas de la ciudad con algo novedoso, atractivo y rentable. ¿Qué hacer si no... construcciones de lujo sólo para unos pocos privilegiados, machacando la historia del lugar y transgrediendo la Ley de Costas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario